jueves, agosto 06, 2009

Probando el sexo


¿Por qué no tener relaciones sexuales antes de casarme?
¿No sería mejor probar primero?
Al tener citas, es normal que uno se pregunte si la persona con la que sale es la apropiada. El romance parece una inversión muy grande como para arriesgar el corazón con cualquiera.

Pero algunos solteros transitan una ruta peligrosa cuando “prueban” sus relaciones. Algunas veces, nuestro proceso de buscar esposa se parece más a la compra de un automóvil. Si alguna vez compraste un auto, sabes qué tan estresante puede llegar a ser. Se acelera el corazón, la ansiedad llena tu mente y miras al vendedor y al auto con desconfianza. Un auto es una inversión importante, y no quieres entregar tu dinero por un auto que no va a responderte.

El vendedor percibe tus dudas, pero desea hacer la venta, así que sugiere: “Abre el capó y echa una mirada. Llévalo a dar una vuelta para probarlo”. Así que tomas las llaves, aceleras al salir del estacionamiento y juzgas qué tan bien responde el automóvil. Tu meta es asegurarte que este auto es lo que buscas. Si el auto no te gusta, lo devuelves y te vas. Este proceso tiene sentido cuando se compra un auto.

¡Oh sorpresa!, muchos solteros aplican la misma filosofía en las relaciones románticas. Se sienten motivados a hacer una “prueba” sexual con su novio o novia. Piensan: “Si nos acostamos o nos mudamos juntos, podremos ver qué tan bien nos llevamos.

Entonces, si no nos llevamos bien, podemos romper la relación fácilmente sin los enredos del matrimonio. Esto puede sonar como sabio, pero hacer una “prueba” del acto sexual, puede ser un camino que lleva al desastre.

El sexo es una fuerza sorprendente, más poderosa de lo que muchos de nosotros pensamos. El apóstol Pablo describe este poder en Primera Corintios 6:16: ¿No saben que el que se une a una prostituta se hace un solo cuerpo con ella? Pues la Escritura dice: «Los dos llegarán a ser un solo cuerpo»? La palabra clave aquí es “une”, lo que en el texto original significa “unir con cemento o súper pegamento”.

Tal vez estés familiarizado con los superpegamentos. Como un inocente chico de 13 años, cierta vez utilicé uno de estos pegamentos para armar un modelo de aeroplano. Razoné: “Lo voy a probar. Si soy cuidadoso, no me pasará nada”. Como te imaginarás, terminé con pegamento en mis dedos, y accidentalmente junté el índice y el pulgar. Asustado, traté de separarlos, pero nada funcionó. Como último recurso, separé los dedos arrancándome la piel. El dolor fue tremendo. Sin embargo, aprendí una lección: no puedes hacer “pruebas” con el súper pegamento; une de manera permanente.

De la misma manera, Dios designó a las relaciones sexuales para unir de manera sobrenatural al esposo y la esposa como uno, lo que significa que no sería sabio hacer una “prueba”. Porque, una vez que tengas relaciones, tu corazón y tu cuerpo se unirán inmediatamente a la otra persona.

Si no estás de acuerdo, considera que la relación sexual no fuera un proceso de unión, todos nosotros podríamos tener sexo con la persona que quisiéramos, luego separarnos, y nunca más sentir ni una punzada de dolor. El hecho de que las parejas queden con el corazón roto cuando se separan después de haber tenido sexo (aunque sólo sea besarse y acariciarse) es prueba de que las relaciones sexuales son un proceso de unión.

Irónicamente, algunos solteros, especialmente las mujeres, creen que involucrarse sexualmente alentará a sus novios a comprometerse. El razonamiento es que un poco de sexo los convencerá de tomar la relación en serio y casarse. Sin embargo, la actividad sexual no alienta a nadie a comprometerse. Al contrario, desalienta a los hombres y a las mujeres de casarse, porque obtienen todo el sexo y la compañía que quieren gratis. ¿Por qué considerar el matrimonio cuando tengo todo lo que quiero sin ataduras?

La intimidad no existe sin amor sacrificial y compromiso. Estas cualidades están ausentes cuando las parejas que están saliendo tienen relaciones sexuales o se mudan juntas. En esencia, el placer y la conveniencia se vuelven más importantes que el bienestar del otro. Por eso, es imposible que alguien pida tener sexo antes del matrimonio y lo justifique diciendo: “Yo te amo”. Si realmente te ama, se casará o tendrá citas contigo sin tener relaciones sexuales.

Cuando Jesús murió en la cruz, no hizo una “prueba de manejo” de su relación contigo. Su crucifixión demostró su compromiso de amor para siempre. De la misma manera, el matrimonio en la tierra fue designado por Dios para ilustrar gloriosamente tu casamiento espiritual con Cristo. El Señor quiere lo mejor para ti, y creó el sexo para tu bien.

Por lo tanto, valora tu habilidad para expresar deseo físico por otra persona. Las relaciones sexuales son magníficas, porque representan el apasionado deseo de Cristo por ti. De la misma manera que el superpegamento, la fuerza de Su amor durará por siempre. Así que, espera a celebrar el poder de la pasión sexual cuando te cases – valdrá la pena esperar.


Por Rob Eagar, tomado de www.sigueme.net

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